AGUA

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El agua es el fundamento de la vida y el componente más abundante en el cuerpo de los seres vivos, plantas y animales; en promedio un 80%. Después del aire, es el nutriente básico del cuerpo.

Nuestros ríos y lagos, nuestras aguas costeras, marítimas y subterráneas, constituyen recursos. Los usamos para nuestra supervivencia como especie y para producir alimentos: en el riego de cultivos y en la cría de ganado. Los usamos como vía de comunicación: nos trasladamos y trasladamos lo que producimos y lo que necesitamos. Y también la utilizamos como fuente de energía y como recreación: una importante fuente de ingresos en la Patagonia es la actividad turística en ríos y lagos.

Pero desgraciadamente, también la mal utilizamos. Contaminamos los espejos y cursos de agua vertiendo en ellos los residuos cloacales e industriales. Si tenemos en cuenta que solo el 3% del agua presente en el mundo es potabilizable, debemos comprometernos al desafío que significa para la humanidad el cuidado de este recurso natural.

En Argentina las cifras oficiales indican que el acceso al agua potable y saneamiento presenta brechas significativas en materia de cobertura, calidad y eficiencia de los servicios. Si bien el 88% de la población tiene acceso a agua potable, ese porcentaje se concentra en las zonas urbanas. En los barrios populares el acceso formal al agua apenas supera el 11% y en las zonas rurales dispersas, donde viven 2,6 millones de personas, el 11% recolecta agua superficial y el 18% utiliza agua de pozo. En relación con el tratamiento de las aguas residuales, los datos de la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento indican que durante el año 2019, sobre el total de aguas residuales recolectadas, el nivel de tratamiento fue de 27,6%

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Sin agua no hay vida.
Sin agua potable no hay salud.

Por eso, desde la Fundación Tierras Patagónicas hacemos nuestro aporte:

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